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Si no valoras tu pasado, puede suceder lo mismo con tu presente en un futuro. Si no vivo bien mi presente seré un ser sin historia o con una historia desquiciada...



El pasado remoto no puedo cambiarlo, lo he perdido, lo tuve entre mis manos y se me ha escapado; pero puedo cambiar mi pasado próximo con el instante de mi hoy.

Cuando vives a plenitud cada segundo de tu hoy caminas a un pasado próximo que siempre valorarás.

Nuestro futuro es nuestro pasado próximo y se construye en el presente. Hasta la mínima coma que proyectes se imprime para siempre.

Si eres un ser que camina hoy hacia el futuro podrás corregir en tu presente las letras de tu pasado.

¿Y qué pasa con los errores? En todo sistema hay errores... los errores no son fallas, son herramientas... sólo hay que saber usarlas.
El pasado próximo puede entenderse de dos maneras: el pasado que está por llegar y el pasado más cerca de mi hoy. Parecen la misma cosa y sin embargo hay una gran diferencia.


¿Por qué los pinos crecen tanto?
  1. Porque están hechos para crecer por encima de los demás árboles (respuesta bastante objetiva)
  2. Porque buscan la luz (respuesta bien cierta)
  3. Porque crecen juntos (me quedo con esta respuesta)

Es bien cierto que por naturaleza los pinos tienden a ser altos y también que la búsqueda de la luz los hace crecer. Pero toda planta crece buscando la luz y he podido observar que cuando encuentro un pino que está solo, lejos de otros pinos, no crece mucho.
Al mirar bien estos del patio, he podido constatar que están todos del mismo tamaño. Es este “crecer juntos” lo que hace que sean tan altos pues cuando uno se yergue más que otro en busca de la luz, en consecuencia el otro aumenta su altura y todos llegan a tomar el mismo tamaño. Pero si crece sólo, lejos de otros pinos, no hay ningún motivo para erguirse más que los otros árboles.

"Un siervo no puede ser mayor que su Señor; un enviado no puede ser más que quien lo envía"


¿Quién es mi Señor? ¿Quién el que me envía?


  • Mi Señor es humilde (el hijo del carpintero [Mt 13, 55])
  • Mi Señor es pobre (no tiene dónde reclinar la cabeza [Mt 8, 20])
  • Mi Señor es servicial (yo estoy entre ustedes como el que sirve [Lc 22, 27])
  • Mi Señor da su vida (yo entrego mi vida libremente [Jn 10, 17-18])
  • Mi Señor está en las cosas de su Padre (debo estar en las cosas de mi Padre [Lc 2, 49])
  • Mi Señor se despojó de su condición divina (se hizo uno de tantos [Flp 2, 7])
  • Mi Señor es obediente (mi alimento es hacer la voluntad del que me envió[Jn 4, 34])

1.      PURGAR LOS VICIOS Y PECADOS (VÍA PURGATIVA)

 
 Reconozco mi debilidad. Soy pecador, y además, presa de mi pecado. No significa que no quiera caminar en la virtud, sino que no puedo salir de mis vicios, al menos ya no con los medios ordinarios que muchas veces fueron una gran herramienta.

   Mi voluntad, con toda su fuerza, no alcanza para romper las cadenas que me atan. La voluntad, que en algún tiempo me sirvió como arma eficiente en la lucha ahora sólo es emblema, es estandarte, es toque de queda... pero no tiene la solidez suficiente para sacarme del estado en el que me encuentro, y acudir a ella como remedio es engañarme;  necesito entonces otras armas.

   A veces algunas almas en tales circunstancias llegan a desesperarse y creen que nunca saldrán de su vicio. Estas almas corren un peligro grave, porque han puesto su esperanza en sus solas fuerzas humanas.

"De dioses y hombres", el silencio es la respuesta
El silencio es una actitud del corazón, no un freno a los sentidos. Puedo hacer silencio por un tiempo, y ser un hombre imbuido en el ruido; puedo reprimir la lengua unas horas o unos días, pero después agotarla con palabrerías y basura ruidosa.

El silencio es un lenguaje, no es mutismo. El mudo nunca habla, solo emite ruidos; el silencioso cuando abre la boca sorprende con la fuerza de su palabra. Cuando callo te escucho, te valoro, te doy el lugar que mereces; cuando hablo convenzo, te instruyo, te enriquezco.