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Se van los años como segundos,

se va borrando la historia asida,

con faz fruncida y andar en tumbos,

se va la vida, se va la vida.


Se van memorias como escurridas:

vivencias, nombres, rostros, palabras,

se van las ciencias más aprendidas,

se va la fuerza, "se van las cabras".


Y aunque me quede un algo de gana

por una suerte más extendida,

se va apagando la luz lozana,

se va la vida, se va la vida. 


(Compuesto en mi cumpleaños 41)


 


Te perdí,

oh tiempo lejano que se ha hecho historia,

te dormiste por siempre cual fantasma en mi memoria.

 

Se acabaron las voces, y los rostros y el aliento.

Se acabó la amistad, la euforia del momento,

y las risas, ah… las risas… caducaron.

Ya pasaron, se esfumaron.

Y me llegan penumbras de un recuerdo,

Y se abren heridas, heridas de hace mucho tiempo.

 

Te perdí, ya no queda nada…

La carne se estremece con el sentimiento,


Se me quiebran los ojos,

se me rompe el momento,

en añicos, pedazos infinitos, se hace polvo...


Y me encuentro bebiendo, sólo un sorbo,

De mi ayer.



Cuando ya no quede nada,
ni dolor que me castigue,
ni calor que me fatigue,
y se apague mi mirada...

Cuando el sueño canonice
lo que he sido y lo que hice
ante la pena embargada.

Renacerá mi valía,
en mi ya postrimería,
a la orfandad destinada.

Y así, por muy encumbrada
que sea mi despedida,
cada quien sigue su vida
cuando ya no quede nada.

Cuando ya no quede nada,
ni la angustia que me oprime,
ni un anhelo que me anime
y mi voz no sea escuchada…

Cuando la ausencia me indulte
Y a pesar de quien me insulte
sea mi falta amortajada.

No faltará quien me alabe
por lo que sabe y no sabe
en hipócrita velada.

Y así, la suerte marcada:
arrebujado en mi fosa,
mientras puede, el vivo goza
hasta que le quede nada.



Soy un espectador,
un ojo que a lo lejos observa en derredor,
una pupila extraña que húmeda enfocó
el blanco ajeno y súbito de luz y de color.

No un ojo inquisidor
que mira y que sentencia con facultad de Dios,
soy iris que con hambre recoge lo que vio
e informa fiel el dato saciando su pasión.

Un lente que se enfoca cual francotirador
a la diana del tiempo,
a la otredad atroz,
condenado a lo externo
sin voltear la visón,
confinado a lo impropio sin su propia noción.

La niña siempre niña de castaña atención
que se cruza unas veces con otro observador
y se contrae desnuda
en su ocular mansión.

De párpados caídos,
de miope ensoñación,
soy un ojo perdido
que ve y nunca se vio.

Poema Finalista en el Concurso Internacional de Poesía Rima Jotabé en Valencia, España

Amo el sentir que brota como espuma,
Jazmín fragante en florecida pluma.

Un sorbo de una lira apasionante
Al que la boca de cualquier amante
No vaciló de proferir galante
Bien como poeta, bien como cantante. 

Exquisitez de incógnita receta, 
Ninfa de encantos en la mente inquieta.

Irrumpe en el ser con métrica suma
Trocando en mejor la palabra errante
O dándole honor a la letra escueta.




Poema Ganador del 3er Premio en el Concurso Internacional de Poesía Rima Jotabé en lengua no española
O que é essa coisa que me mata,
a que bate no peito e o dilata?

Esse mal que me leva até a loucura 
que me ferve o sangue com bravura
que faz minha rutina uma aventura, 
O que é a doce dor que me tortura?

Uma estranha doença passageira?
por acaso uma eterna companheira?

-É a afeição, tanto velha quanto chata,
-um idoso me disse- não tem cura.
E falei: - Caro meu, É brincadeira?






El amor es estar
cuando se requiere estarlo;
si deseas amar
decide practicarlo.

El amor es velar,
es dar sin reclamarlo,
saber rectificar,
es un diario intentarlo.

El amor es amar
y a amar se aprende amando.
La pasión va a acabar
y el hecho a eternizarlo.

Amar no es confesar
con la boca un "Te amo",
amar es demostrar
el amor con los actos.

El amor es actuar.

Qué dolor me ha causado el adiós que te dije,
el adiós que ha matado la sonrisa en mi rostro,
y en mis hoy secos labios el discurso en reposo
sueña el sueño de aquellos que yacen esperando.

Qué dolor que me aflige, que me está torturando.
El dolor que persigue con fauces carniceras
a mis horas de hoy con historias tan viejas
y me deriva en llanto porque tanto te quise.

Qué dolor al no amar como antaño lo hice,
al querer olvidar pero seguirte amando.
El adiós que te dije fue una daga en mi mano
que se clavó y no puedo lograr que cicatrice.

Con un poco de tinta viajaré a mi pasado,
viviré nuevamente esos viejos momentos,
lo que hice y deshice, pero quiero en las manos
sólo un poco de tinta y otro poco de tiempo.

Con un poco, una gota, podría desnudarnos
y darte en cada estrofa con mis versos mil besos;
y bebiendo la miel que brota de tus labios
se reavive mi alma para amarnos de nuevo.

Con tan poco, muy poco, viajaré a aquellos años
en que siendo tu pluma eras tú mi cuaderno,
y tatuarte otra vez al tenerte en mis brazos
sinónimos de mí en las líneas del cuerpo.

Con lo poco que escriba podré rememorarlo,
y evocar tu sonrisa en el mágico encuentro
en que nos dimos todo sin temor ni cansancio
y tu alma y mi alma despacio se fundieron.

Si escribir me propongo volveré a ser tu amado
y tus ojos de dicha dibujar con mi verbo,
en esta soledad puedo estar inspirado
con un poco tinta y otro poco tiempo.




A minha dor, vai embora,
bate na porta a alegria.
Sozinho me deixaria,
chama o meu amor lá fora.

Não há ferida pior 
que não sanar a candura,
nem beijo que sem loucura
goste nos lábios melhor.

Vai embora, preta cor 
da minha escura saudade.
Bem-vinda a amorosidade
cheia de luz e calor.


You can love, must carry on,
life is just a single shot.
You can go! Come on! Go on!
your coldest feel will be hot.

You can love, nobody won,
as nobody never lost,
you could make a better run
and forget your rueful past.

You can love, love me so much
It is your right and your task.
If you want to live, must coach.
Spoiling you learn. Try back!

You can love, I'm doing so,
I'll not deny you: is tough.
We can trip up and fall low,
but we must not stay like that.

You can love, don't keep below,
you have a marvelous heart.
You can do it, let me show
the beauty that you safeguard.


Fuiste un paso que alcanzó pisar mi estrada
de repente, sólo un paso de repente
fuiste un paso, una huella bien marcada
en el umbral de mi pecho y de mi mente.

Fuiste eso, un espacio brevemente
para sentir el calor de tus pisadas
fuiste un paso desnudo y fehaciente
que quedó de mi futuro a casi nada.

Eres hoy una anécdota incipiente
una estampa en la funda de mi almohada,
la sinapsis que ha bloqueado el subconsciente,
ese poema en una página arrancada.

Eres hoy aquella suela aún plantada
y escondida bajo el polvo del presente,
eres eso, como un todo que fue nada
ese paso de mi ayer inconveniente.

Y serás como un penal antecedente
una mancha en mi historial nunca borrada,
un pecado que confiesa el penitente,
un error en una cuenta equivocada.

Y serás esa sonrisa que empañada
por mi ceja ya senil y decadente
me refresque con su lustre la mirada
y convierta mi pasado en mi presente. 





Gózase el alma flechada
ante refulgente ser,
bástale ya su mirada
y su encanto de mujer.

Mucho le tiene turbada
el afán en su valer.  
Gózase aún ignorada
un alma ardiente al querer.

Sépale todo a ya nada,
todo a ya nada tener,
ante la mujer amada
si no ha de corresponder.



Tu silencio es el arma que mata mi cordura;
tu silencio arrebata,
cuando callas, me abrumas.
Y me matas, con ganas, con la sangre muy fría
por ser tu voz tan tuya, huyendo de la mía
que te dijo con causa lo que a nadie diría.

¡Qué malvada, qué impía la razón que reprime
a esa boca sublime ante la boca mía!

¡Ay, me mata… me mata!
Se me escapa la vida sin que te tiemble nada,
con la mente calmada, me mata, ¡ay, me mata!
Me confina al abismo, a la nada, a mí mismo,
sin exequias, ni rosas, ni tu sonrisa hermosa
que sin decir palabra, es un “abracadabra”
que me hechiza y acosa.

Tu silencio me mata,
¡Por Dios, no hagas tal cosa!
No me arranques los sueños,
no me prives del aire,
no me dañes, no empañes el brillo de mis ojos.
Yo prefiero el enojo de una lengua asesina
a aquella que termina poniéndose cerrojos.



Estaba como dormido,
como soñando, soñando;
estaba como perdido
y sin buscar encontrarme,
por no saber dónde hallarme
otro buscóme afligido.

Solamente estaba estando
sin haberlo discernido;
amaba como no amando
y sin buscar yo salvarme,
por no poder liberarme
salvóme Aquél se inmolando.

Estaba cual recluido,
como penando, penando;
estaba en un cruel olvido
y sin buscar realizarme,
por no lograr animarme
dióme Dios nuevo sentido.



Te perdono llegar a mi vida ha ya tiempo
y asegurarme mieles y seductores besos.
Te perdono robarme mi futuro y mis sueños
con promesas banales e interminables cuentos.

Te perdono no darme el hijo que yo quiero,
por casi despreciarme a punto de tenerlo.
Te perdono arruinarlo con tu egoísmo necio,
enojarte conmigo y enviarlo hasta el Cielo.

Te perdono el moldearme a tu capricho ciego
y mostrarme triunfante a todos cual trofeo.
Te perdono encerrarme en tu mundo tan viejo
y alejarme de todos, y de aquello que creo.

Te perdono dejarme cada mes sin un peso
para pedir prestado negociando tu aprecio.
Te perdono ataviarme de regalos diversos
para pasarme el voucher después de cada pleito.

Te perdono obsesiones y gustos tan adversos,
aquellas nimiedades que fueron descontentos.
Te perdono abortarme de mi sangre y mi pueblo
y preñarme de amores, de amores extranjeros.

Te perdono por ver a mi madre sufriendo,
sufriendo los desprecios de tus enfermos celos.
Te perdono, pues luego de salir corriendo
te lo quedaste todo y me dejaste encuero.

Te perdono hoy también, después de un mes entero
que le digas a todos que no fui un hombre recto.
Te perdono que violes mis íntimos secretos
y por cada perjurio que publicas en Facebook.


Perdona tú también el prestarme a tu juego
y llevarte a la cama en el primer momento.
Perdona la sotana que dejé por tus senos
por tenerla guardada en mi caja de huevos.

Perdona aquella noche que a pesar de mis suegros
quería estar contigo y no en el aguacero.
Perdóname no estar en el día sangriento,
porque estaba en la Iglesia y mi hijo muriendo.

Perdona el aceptar ser tu caro muñeco
y tomarte del brazo como marido bueno.
Perdona ser más joven y por cansarme menos,
por tú decir “Te amo” y yo decir “Te quiero”.

Perdona mi pobreza, por no tener dinero
aunque siempre te daba mi salario completo.
Perdona los regalos, del tianguis todos ellos,
y por no echarlo en cara como sabes hacerlo.

Perdóname el enojo por patear a mi perro,
por las moscas en casa, por mis hediondos pedos.
Perdona amar a Cuba y hablarles por teléfono,
que por ser un buen hijo jamás yo fui mal yerno.

Perdona a “la emigrante” que te trajo tormentos,
esa misma mujer parió a tu compañero.
Perdona que te deje por hogar un infierno
nunca quise tus cosas, las dejo de recuerdo.

Perdona por mis gritos y mis golpes alternos
que me castigue Dios y me mande al infierno.
Perdona que publique los hechos verdaderos
y si no estás de acuerdo, también perdón por ello.





Eu vou num longo trajeto,
mas estou perto de lá,
no meu último andamento
à minha estância final.

Sem bagagem, sem dinheiro,
Só a dor e rugas fatais.
Eu sou o mortal passageiro
com um bilhete mortal.

Na memória eu te carrego,
mesmo que é tarde de mais.
Para o amor não há tempo,
nem situação, nem lugar.

Eu sou feliz quando tenho
o teu passado no olhar,
o teu sorrizo mais belo
tão fresco e tão virginal.

Lembro-me que eu fui o beijo
que secou o teu chorar,
e o meu coração a seco
precisando teu beijar.

Vou chegar, eu quasi chego
até o meu fim natural,
sem bagagem, sem dinheiro,
sem você, na solidão.




Once again,
I get up from the floor,
I stand up anymore.
Once again, newly change,
A new world.

Once again,
all those old wounds hurt,
there is no place in my heart.
Once again, another pain,
a new sore.

Once again,
I shake the dust of my face,
I spit blood on the way.
Once again, I'm myself
and go on.



Me quedé sin palabras para decir: te quiero,
se me detuvo el habla y ya no tengo verbos.
Me quedé sin palabras, aquellas que otro tiempo
mi boca pronunciaba con romántico acento.

La misma laconía me invadió por entero,
hurtó mis esperanzas preñadas de deseos.
Me quedé sin palabras, me he quedado tan lleno
de un vacío en el alma y en la mente un desierto.

Me quedé sin palabras, mi léxico está muerto,
fallé al desperdiciarlas desde el primer momento.
Yo te las di rimadas, te dije tantos versos,
pero no fueron nada, cual oro en saco hueco.

Las veces que te hablaba fui del todo sincero;
te hablé con la mirada, con súplicas y gestos
y se quedó frustrada mi lengua a tu silencio.
Me quedé sin palabras para decir: te quiero.



Locura que el fin no puede matar,
esbozo de mí,
migajas de pan;
caricia del tiempo que no quiere herir
y así, sin quererlo, lastima al pasar.

Locura sin fin, igual, qué más da,
un sueño febril,
delirio total,
la siempre conciencia de saber quién fui
e infame evidencia de no serlo ya.

Y así, sin quererlo, lastima al pasar
mi sueño febril,
mi estatua de pan
labrada en el tiempo con caricia vil,
parece venir -pero no- se va.

Locura que al fin es mi realidad,
esbozo de mí,
un trazo al azar
con ojos de artista en un lienzo añil
que a ojos del mundo es un lienzo más.

Locura, por fin vienes a domar
lo intrépido en mí
y lo mustio allá,
con cincel descubres lo mejor de mí
y me haces estatua, estatua de pan.